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Una camisa simple de color negra y holgada, unos pantalones sueltos e cómodos de color café, los zapatos que usa siempre y una gorra de Dahyun, fue lo que usó para irse directamente a la ubicación que Mina le había enviado.
Aunque Dahyun se quejó de su gorra y el por qué no dijo a dónde iría, pero es que si le decía que iría a casa de su novia habría malinterpretación de palabras y recibiría burlas por el resto de la semana... o el mes. Solo le dijo: 'Mañana o probablemente en la madrugada vengo, no te preocupes'. Sabía que su hermana detrás de sus quejas se preocupaba por ella, aunque apenas y se le notaba.
Caminó rápidamente, algunas veces echando un vistazo a su celular para verificar que va por la dirección correcta. Una tienda llamó su atención y sin más entró ella. Tenía un poco de dinero, podría comprar algo de comer para su novia y ella. Compró una galletas, unas papitas y un jugo. Apenas y le dieron sobra pero no importaba en ese momento.
Volvió a retomar su camino llegando a una gran casa bonita, se aseguró que esa era la dirección y mandó un mensaje a Mina para que le abriese. En un minuto la japonesa asomaba su cabeza con una gran sonrisa que instantaneamente hizo sonreír a la mayor.
- ¡Yeonnie! Venga, hace frío - y era cierto. Por al emoción del momento, no le tomó mucha importancia a la temperatura, por lo tanto su ropa no era adecuada para el clima fresco que corría por la ciudad. Con un poco de rapidez, se encaminó a la puerta, viendo cómo la japonesa le abría el paso totalmente a la embriagadora sensación de calidez que irradiaba esa casa.
Aún siendo casi una prisión antes para la japonesa, ese lugar era muy comodo; la calidez que te hace sentir como si estuvieras en tu propia casa, no era muy iluminado ni muy obscuro, algunas cosas estaban sucias pero se dió cuenta que son muy pocas y que probablemente fue Mina.
- Wow, tu casa es hermosa, cariño - comentó después de un rato admirandola. Mina no contestó enseguida, sino que se abrazó a ella como si fuera un peluche - Tú estas más hermosa - y cómo no, también se escondió en el cuello de la coreana.
- Ya, Yeonnie. Mi cara se vuelve roja por usted - dijo, jamás saliendo del hueco entre el cuello y hombro de la coreana. Sus manos se aferraron a la cintura de la mayor mientras suspiraba por el aroma que ésta desprendía.
Nayeon también aferró sus manos a la cintura de la menor, incluso se tomó el atrevimiento de tomarla de los muslos y alzarla para dar vueltas, ocasionando el carcajear de la japonesa por el repentino movimiento.
- ¡Yeonnie! Voy a caer - informó mientras intentaba bajar pero las grandes manos en sus muslos se lo impedían.
- Nunca te dejaría caer, Minari - contestó la coreana mirándola directamente, con sus manos aún sujetándola firmemente. La mayor se inclinó capturando el labio inferior de la menor entre los suyos, moviéndolos lentamente.
Felizmente Mina siguió el movimiento lento de la mayor y se aferró a su cuello en busca de quedarse quieta y seguir cómodamente el beso. Se separó por un momento mirando los ojos de la mayor.
- Te extrañé, Yeonnie - dijo, escondiéndose en el cuello de la mayor. Al parecer, alguien ya tiene un lugar favorito; el cuello de Nayeon es donde puede percibir mucho mejor el aroma natural de la mayor y este le encanta.
- Nos vimos esta tarde, Mina - rió la coreana mientras bajaba las piernas de Mina lentamente para que pudiera estabilizarse bien en el suelo - Aunque... yo también te extrañé - confesó besandola de nuevo.
- ... Perdón si te moleste tan tarde, quería pasar tiempo contigo... ya sea dormir o cualquier cosa - dijó mientras Nayeon solo dejó un dulce beso en los labios.
- ¿Cómo molestarse si voy a pasar tiempo con mi hermosa novia? Yo también quiero estar contigo a solas - a eso Mina volvió a hablar.
- Sólo está mi-... - no terminó de hablar cuando un corpulento chico estaba en el empiezo de las escaleras mirándola con una sonrisa - Mi hermano - terminó de decir la menor.
- Es un gusto conocer por fin a la chica que trae a mi hermana alucinando todos los días - dijo recibiendo un pequeño golpe de su hermana. Rió y se acercó a la coreana - Me llamó Kai, soy hermano de Mina. Mi hermana me ha contado sobre ti, un gusto - se presentó extendiendo su mano siendo tomada por la coreana.
- Un gusto, Im Nayeon - se presentó sacudiendo su mano en forma de saludo.
- Bueno, me gustaría quedarme a charlar pero yo también tengo planes por hoy - dijó ahora dirigiéndose a su hermana - Si haces desastre, limpialo para que mamá no se entere y cuídate. Te llamaré luego - dejó un beso en su frente para luego dirigirse a la puerta - Espero ver todo en pie mañana. Nos vemos - fue lo último que dijo para luego irse.
Nayeon luego sintió otra vez los brazos abrazándose a su cintura.
- Me olvidé decirte de él. Aunque no se quedó, tenía que haberte dicho si querías presentarte ante él - Nayeon se volteó dejando un dulce beso en los labios de la japonesa y sonrió.
- Me alegra conocer a tus cercanos, Minari. No sabía que estaba y me asusté un poco pero me alegra.
- ¡A mí me alegra que te alegre, Yeonnie! - exclamó saltando en su sitio y luego apegarse a el torso de su novia - Vamos a pasar la noche juntas, eso me alegra más - la coreana pudo apreciar el brillo en los ojos de su amada e instintivamente sonrió por la felicidad que desbordaba por los poros de la menor.
- A mí tambien me alegra, me alegra que ahora puedo conocer a personas cercanas a ti, me alegra que ahora me tengas más confianza, también me alegra el que ahora pasamos más tiempo juntas, Minari. Me alegras tú solamente - recibió un dulce beso que sin dudar correspondió y terminó mirando a la japonesa a los ojos - Te amo mucho, Mina... mucho en serio - no encontraba palabras para simplemente decir lo que sentía; el 'Te amo' era lo más cercano a sus sentimientos.
Mina la miró intensamente.
- Lo sé, Yeonnie. Yo también te amo mucho.
. . .
Me olvidaron? Me fui por unas semanas por unos pedillos
Y probablemente regresé temporalmente pero neh
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